La clase obrera y los explotados que vieron su heroica lucha de 2011-2014 con su “República de los Indignados” expropiada por Podemos no participarán de su Congreso. Una vez que las masas fueron sacadas de escena y los trabajadores se encuentran bajo el yugo de la burocracia sindical de CCOO y UGT, se sientan a discutir los tres sectores de Podemos cómo mejor continuar engañando a las masas, sosteniendo a la Monarquía y al régimen del 78.
A éste congreso de Vistalegre II, Podemos llega con su formación dividida en tres sectores, dos muy mayoritarios, el de Pablo Iglesias y el de Íñigo Errejón, con alrededor de un 45% de los delegados cada uno, y el de Anticapitalistas, con Miguel Urban a la cabeza, con un 10%. En este Congreso se votarán tres documentos y tres propuestas de dirección.
Las diferencias ideológicas entre estos tres sectores podrían resumirse en que van desde la socialdemocracia más social liberal de Errejón, pasando por el reformismo poseurocomunista y gramsciano de Pablo Iglesias, devenido en socialdemócrata, hasta el “anticapitalismo” renegado del trostskismo de Anticapitalistas (partido hermano del NPA francés), diluido cada vez más en la nueva política socialdemócrata.
Anticapitalistas y Pablo Iglesias dicen inclinarse por la movilización, aunque lo plantean como apéndice secundario del trabajo parlamentario de comparsa necesaria del régimen monárquico, mientras que Errejón apuesta por el trabajo casi en exclusiva en las instituciones sin alusión apenas a la calle. Por su parte, Anticapitalistas se centra en su apuesta por la descentralización de Podemos en su vertiente organizativa negándose a hacer una crítica política.
Respecto al PSOE, tanto Iglesias como Errejón se orientan a buscar pactos con el PSOE, mientras que Anticapitalistas proponen en principio evitar acuerdos con él. Por mucho ruido de matiz que haya, ambos sectores de Iglesias y Errejón han pasado de supuestamente combatir el “bipartidismo” de PP y PSOE, como dos patas del sistema, a mantener como única propuesta un “Gobierno de progreso” de Podemos con el PSOE a nivel local, regional y estatal.
Respecto a IU, Errejón quiere un Podemos que se mantenga como organización autónoma e independiente y quiere bloquear una posible unión orgánica con IU. En este aspecto, en la etapa precongresual Errejón consiguió arrancar al sector de Pablo Iglesias que cualquiera futura fusión con otra organización deberá ser refrendada por dos tercios de la militancia. Anticapitalista sí está por conformar un bloque social y político “contra-hegemónico” con el resto de la izquierda reformista, al estilo de como lo define IU y Alberto Garzón.
En suma, sus diferencias sólo son de matiz, de fracciones de un Podemos que es un sustento necesario del régimen, cuya función es la de cubrir y apoyar por izquierda al régimen monárquico del 78 con el objetivo de impedir que los trabajadores irrumpan por el camino de la revolución socialista. Ésta es la realidad y no la que quiere dibujar Podemos y los renegados del trotskismo que van a su cola.
Todos ellos están de acuerdo en algo fundamental: democratizar el sistema capitalista. Ahora bien, ésta es una vieja discusión ya saldada en el marxismo científico. Los revolucionarios en su ruptura con la socialdemocracia a principios del siglo XX, ya planteaban que hasta la más “democrática” de las repúblicas, si continuaba en manos de la burguesía, era la peor dictadura del capital contra los explotados.
Así, Lenin planteaba contra el renegado Kautsky: “¿Puede admitirse que el sabio Kautsky no haya oído decir nunca que los parlamentos burgueses están tanto más sometidos a la Bolsa y a los banqueros cuanto más desarrollada está la democracia? Esto no quiere decir que no deba utilizarse el parlamentarismo burgués (y los bolcheviques lo han utilizado quizá con mayor éxito que ningún otro partido del mundo, porque en 1912 y 1914 habíamos conquistado toda la curia obrera de la cuarta Duma). Pero sí quiere decir que sólo un liberal puede olvidar, como lo hace Kautsky, el carácter históricamente limitado y condicional que tiene el parlamentarismo burgués. En el más democrático estado burgués, las masas oprimidas tropiezan a cada paso con una contradicción flagrante entre la igualdad formal, proclamada por la ‘democracia’ de los capitalistas, y las mil limitaciones y tretas reales que convierten a los proletarios en esclavos asalariados. Esta contradicción es la que abre a las masas los ojos ante la podredumbre, la falsedad y la hipocresía del capitalismo. ¡Esta contradicción es la que los agitadores y los propagandistas del socialismo denuncian siempre ante las masas a fin de prepararlas para la revolución! (…) Kautsky le vuelve la espalda y se dedica a ensalzar los encantos de la democracia burguesa.” (La revolución proletaria y el renegado Kautsky, Lenin, 1918).
Como vemos, ya el marxismo respondió a la cuestión que la democracia en general no existe, sino que tiene un carácter de clase. Lo que hacen estos socialdemócratas de la “nueva izquierda” es envolver con un papel dulzón a la burguesía, “democratizar” Maastricht y a sus gobiernos imperialistas de la OTAN para cuidarles así los bolsillos a los capitalistas. Una verdadera mentira que esconde su más descarado servilismo al estado burgués y la monarquía de Borbones.
Un circo de la democracia burguesa que oculta la situación real de los explotados del estado español
La discusión previa dentro de Podemos, camino a su congreso, ya llevaba casi un mes, entre entrevistas, ataques de las distintas alas por Twitter o artículos en los diarios. Mientras ellos discuten y discuten en el circo de la democracia burguesa, la clase obrera y los explotados del estado español viven una situación totalmente distinta. La desocupación llega casi al 19%, millones de trabajadores se encuentran tercerizados trabajando miles de horas con un salario mínimo y con contratos basura, etc. Cientos de familias trabajadoras han sido desahuciadas de sus hogares por la estafa de los bancos con las hipotecas. Miles de inmigrantes marroquíes son explotados en los peores trabajos y perseguidos constantemente por la policía.
Centenares de luchadores están procesados por la Ley Mordaza que para poner tan sólo un ejemplo, no permite realizar una concentración o manifestación sin pedir permiso a las autoridades y, en el caso de no pedirlo, no se puede superar las 19 personas porque te multan o te procesan.
La realidad no estará presente en la asamblea de Podemos: Más de 400 luchadores vascos se encuentran presos diseminados por todo el estado español. A las nacionalidades oprimidas del estado español se le niega su derecho a la autodeterminación, como al País Vasco, Cataluña o Galicia.
A Alfon le hicieron un montaje policial y un juicio donde le condenaron a cuatro años de prisión por defender el derecho a huelga de los trabajadores y hasta ahora lleva 20 meses encarcelado. Nahuel, un joven que luchaba contra los desahucios y contra el maltrato animal ya lleva más de un año en prisión sin juicio, etc, ... El muro de alambre que se encuentra en las colonias de Ceuta y Melilla para que no ingresen los inmigrantes nada tiene que envidiarle al muro de EEUU con México o al del estado de Israel.
Éste es el verdadero estado español de la monarquía de los Borbones: ganancias millonarias para los patrones y desocupación, precarización, persecución y cárcel para los luchadores.
Mientras los peores ataques contra la clase obrera han pasado y siguen pasando, Podemos quiere hacerle creer a las masas que la solución a sus problemas está en el parlamento burgués.
Hay que hablar claro, los explotadores, los de arriba, sólo pueden retroceder con una gran lucha en las calles de todos los explotados, con huelgas, los piquetes, la movilización revolucionaria, conquistando sus organismos de autoorganización, y con la clase obrera preparándose para la toma del poder. Porque los capitalistas retroceden o ceden concesiones cuando ven amenazada su propiedad y su dominio.
La verdadera discusión aquí es o tras los pasos de Kautsky y su “democracia perfecta” que le cuida las ganancias a los capitalistas o como dijo Trotsky: “Explicando todos los días a las masas que el capitalismo burgués en putrefacción no deja lugar, no ya para el mejoramiento de su situación, sino incluso para el mantenimiento del nivel de miseria habitual; planteando abiertamente ante las masas la tarea de la revolución socialista como la tarea inmediata de nuestros días; movilizando a los obreros para la toma del poder; defendiendo a las organizaciones obreras por medio de las milicias, los comunistas (o socialistas) no pierden, al mismo tiempo, ni una sola ocasión de arrancar al enemigo, en el camino, tal o cual concesión parcial o por lo menos impedirle rebajar aún más el nivel de vida de los obreros” (“Una vez más ¿Adónde va Francia?”, León Trotsky, marzo de 1935).
* https://vistalegre2.podemos.info/ |
Los escuderos de Podemos: los renegados del trotskismo
en el vagón de cola de la “nueva izquierda”
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